¿Dónde estas?

Advertencia: Lo que sigue está influenciado por los sentimientos que surgieron durante su escritura… sí o no muerto fresco.

Tienes la misma cara y la misma voz, lo único que ha cambiado es tu cabello, o eso parece por tus fotos colgadas en tu Hi5. Eres tan pálido como la leche, tan flaco como aquellos personajes que aparecían en tus películas de terror favoritas; no te pareces ante mí ni ante nadie desde hace dos años, desde que desapareciste las dos últimas semanas del colegio.

¿Dónde estas? Se preguntaban todos, incluso la delegada con quien tenías diferencias. ¿Acaso no se preocupa por sus exámenes? Ya ha faltado a tres. Yo reía, mientras miraba la puerta… aun cuando sabía como iba terminar la situación. Al igual que tus hermanos, tomarías esos exámenes el último día de clases (… recuerda, ya eras caserito del coordinador).

Tu mejor amigo fui yo, aunque ¿sigo siéndolo?, me has provocado más de mil y un fastidios. Tu irresponsabilidad, tu indiferencia, tu impuntualidad y tu amistad fueron algunas de las características que acepté cuando comenzamos a jugar con las cartas de Yu-gi-oh (…recuerda, las planchas que te jalabas), una serie anime que no conocí hasta que entre a ese mundo.

Es la hora del trabajo en grupo, junto con Renzo, éramos como las piezas de un reloj suizo que no conocía el atraso. Ojalá sigas trabajando en grupo, pero sólo en grupo. A la hora de la exposición o hacer algo individual dabas rabias hermano, hasta al mismo demonio le has provocado bilis.
¿Qué toca mañana? No te olvides mañana tenemos exposición. El día de la presentación de nuestro primer trabajo grupal llegué 15 minutos antes de comenzar las clases, algo que trato de no volver hacer hasta el día de hoy. Tocó el timbre y vigilé la puerta. Cero, redonditos como la mayoría de tus notas, fue el resultado grupal. Te tocaba exponer.

He escuchado que acabas de ingresar a una universidad y nada más. No sé sí te vuelva a ver, quizás por la calle, en algún tono o en Arenales, tu segunda casa, tu vicio. ¿Dónde estas? No lo sé, sólo espero que no cambies ante tus amigos de universidad, no quiero ser el único al que hayas fregado. Ahora sólo queda un HASTA ADIÓS o un HASTA NUNCA, maldito gran amigo.